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quarta-feira, 4 de janeiro de 2017

Pamela Kribbe -- Quien es Jeshua?



Quien es Jeshua?

Conversación con Jeshua, Octubre, 2002
Jeshua, quien es Usted?
Yo soy el que estuvo entre ustedes y que al que llamaron Jesús.
No soy el Jesús de la tradición de vuestras iglesias ni el Jesús de vuestros escritos religiosos.
Yo soy Jeshua-Ben-Joseph; viví como un hombre de carne y hueso.
Yo alcancé, realmente, la conciencia Crística antes de ustedes, pero fui sostenido en eso por poderes que están allá de vuestra imaginación en este momento. Mi llegada fue un evento cósmico – yo me ofrecí, voluntariamente, para ello.

No fue fácil. A pesar de mis esfuerzos, no conseguí transmitir a las personas, la grandiosidad del amor de Dios. Hubo muchos malentendidos. Llegué demasiado temprano, pero alguien tenía que venir. Mi venida fue como tirar una piedra en un gran estanque de peces. Todos los peces huyen y la piedra queda  estancada en lo hondo. Aún se ven algunas olas, incluso después de tanto tiempo. Se podría decir que el tipo de conciencia que Yo deseaba transmitir hizo su trabajo “bajo la superficie” después de eso. En la superficie del estanque hubo una agitación constante – surgieron diversas interpretaciones bien-intencionadas, pero mal orientadas, que lucharon unas contra otras en mi nombre. Aquellos que fueron tocados por mi energía, movidos por el impulso del Cristo, no pudieron integrarla, verdaderamente, a su realidad física y psicológica.
Pasó mucho tiempo hasta que la conciencia de Cristo pudiese anclar en la Tierra. Pero ahora, llegó el momento. Y Yo regresé y hablo a través de muchos, a través de todos y para todos los que me quieren oír y que me lograron comprender a través de la calma de la serenidad de sus corazones.
Yo no hago palestras.  Yo no Juzgo. Mi mayor esperanza es poder hablarles sobre la inmensa e infalible presencia del Amor, accesible a todos ustedes en cualquier momento.
Soy parte de una conciencia mucho mayor, una entidad mucho mayor, pero yo, Jeshua, soy la parte encarnada de esa entidad (o campo de conciencia).
No me gusta mucho el nombre “Jesús”, porque quedó conectado a una versión distorsionada de lo que Yo represento. “Jesús” pertenece a las tradiciones y autoridades de la iglesia. Él fue moldado para atender a los intereses de los patriarcas de la iglesia, durante siglos; tanto tiempo, que la imagen de Jesús que prevalece ahora está tan distante de lo que Yo represento, que Yo quedaría, realmente muy feliz, si ustedes me pudiesen libertar de esa herencia.
Yo soy Jeshua, hombre de carne y hueso.
Yo soy vuestro amigo y hermano.
Yo estoy familiarizado con todos los aspectos de ser un ser humano.
Yo soy profesor y amigo.
No me teman.
Abrácenme como abrazarían a un familiar muy querido.
Nosotros somos familia.
Jeshua, Jesús y Cristo
La energía Cristica que vine a ofrecerles, proviene de una energía colectiva que sobrepasó el mundo de la dualidad. Esto significa que ella reconoce los opuestos bueno y malo, luz y oscuridad, dar y recibir, como aspectos de una energía única.
Vivir a partir de la realidad de la conciencia Crística, significa que no hay lucha. Existe una aceptación total de la realidad. Esta ausencia de lucha o resistencia es su característica principal. Ya que el Cristo (o la energía Crística) reconoce los extremos de todos los pensamientos, sentimientos y acciones como manifestaciones de la energía divina y única, no puede haber dualidad ni juicio en la forma en que ella (la energía crística) experimenta la realidad.
Dejen que les dé un ejemplo: Cuando el Cristo en ustedes observa un conflicto armado entre pueblos, su corazón llora por el destino de los vencidos, pero no juzga. Él siente el dolor y la humillación con cada golpe y su corazón se llena de compasión, pero no juzga. Él observa al agresor, aquel que carga el arma, que tiene el poder, que inflige dolor y Él siente…el odio, la amargura dentro de sí mismo y su corazón se aflige, pero no juzga. El corazón del Cristo abraza todo el espectáculo con profunda compasión, pero sin juicio, porque Él reconoce todos los aspectos  como experiencias que Él mismo ya experimentó. Él mismo ya vivió todos esos papeles – de agresor, de víctima, de señor y de esclavo y llegó a la comprensión de que no es ninguno de ellos, pero sí, aquello que es subyacente a ambos.
La energía Crística pasó por todas las energías de la dualidad. A veces se identificó con la luz, otras con la oscuridad, pero a través de todo eso, algo siempre se mantuvo inalterable. Y mientras percibió lo “más de lo mismo” subyacente a todas sus experiencias, su conciencia ganó un nuevo tipo de unidad: fue “Cristificada”.
Fue esa energía cristificada, la energía que les vine a ofrecer.
Es muy difícil explicar quién fui Yo, pero lo voy a intentar, haciendo distinción entre tres identidades: Jeshua, Jesús y Cristo.
Yo, el que está hablando ahora, Soy Jeshua. Yo fui aquel que cargó la energía Crística en mi encarnación en la Tierra. Esa energía también puede ser llamada “Cristo”.
Jesús – en mi terminología – es el nombre del Hombre Divino que fue el resultado de la integración de la energía Crística en la realidad física y psicológica de Jeshua. Esa energía fue derramada dentro de Jeshua, venida de esferas de Luz que están – desde vuestra perspectiva – localizadas en vuestro futuro. Jesús fue el Hombre que realizó milagros e presentó profecías. Fue un emisario de las esferas de Luz, encarnado en Mí. De hecho, Él fue mi futuro Yo. Jesús fue – desde mi perspectiva, como el Hombre Jeshua que vivía en la Tierra – mi futuro Yo, que se había convertido en Uno con la energía Crística. Como el Cristo en Él era claramente presente y visible para muchas personas a su alrededor, Él les parecía Divino.
Yo, Jeshua, fui un hombre de carne y hueso. El aspecto singular y hasta cierto punto artificial de la “construcción de Jesús” fue el hecho de que yo recibí mi/de Él, Yo Cristificado del futuro. Yo no fui cristificado con base en mi pasado y en las experiencias vividas. Yo no alcancé la iluminación de una forma natural, pero si por medio de una intervención externa – por decirlo de algún modo – por una integración de la energía Crística venida del futuro. Yo estuve de acuerdo en realizar ese papel, antes de comenzar esa vida. Yo acepté ser “ofuscado” por la presencia de Jesús, como un acto de servicio y también debido a un anhelo intenso por conocer la realidad de mis potenciales más profundos.
Jesús, mi Yo futuro de las esferas de Luz, se convirtió en Uno con la energía Crística. Pero Él no representa la energía de Cristo aquí en la Tierra, pues esa energía abarca mucho más que Jesús. Él es una parte, o una célula de Ella. Cristo o la energía Crística (es más como un campo de energía que una entidad personal) es la energía colectiva que tiene muchos aspectos o “células”, que están cooperando entre sí de modo a funcionaren como un único “organismo”. Cada célula hace una contribución única para el Todo, mientras experimenta a sí propia como un individuo que también es parte del Todo. Estos aspectos diversos de la energía Crística pueden ser llamados “Ángeles” o “Arcángeles”. Una característica relevante de los ángeles es que ellos tienen un sentido de individualidad, así como un alto nivel de desprendimiento que les permite sentirse Uno con las energías colectivas y estar alegremente en servicio. La noción de (arc)angeles  está explicada en la parte X de la serie Trabajadores de la Luz.
La misión de Jesús en la Tierra
Jesús fue una energía del futuro que vino a la Tierra a traer iluminación y conocimiento para la Humanidad. Él vino de otro mundo u otra dimensión y trajo la energía elevada de su realidad. La percepción de Su propio Yo Superior permaneció intacta, mientras Él encarnó en la Tierra. Debido a Su presencia en mí, Jeshua, yo pude comprender fácilmente la flexibilidad de las leyes materiales y “realizar milagros”.
El motivo por el cual la personalidad de Jesús/Jeshua vino a la Tierra, fue crear una apertura o portal para un estado diferente de conciencia. Yo quería dar un ejemplo de las posibilidades que están disponibles para cada ser humano.
En las esferas de Luz de donde Jesús vino, se sentía que la Tierra estaba caminando en una dirección que terminaría en una gran oscuridad y auto-alienación para las almas envueltas en el experimento de ese planeta. Entonces fue decidido que se les daría un impulso poderoso para el cambio, el cual mostraría claramente a los seres humanos, las oportunidades que estaban disponibles. Al enviar la energía de Jesús, solo queríamos crear un espejo para que los seres humanos se acordasen de su propio origen divino y de los potenciales que cargaban en su interior: los  potenciales para la paz, la libertad y la maestría sobre sí mismos.
Todos los seres humanos son maestros de su propia realidad. Ustedes están creando vuestra realidad o tiempo. Ustedes son capaces de hacer desaparecer una realidad miserable e insatisfactoria y permitir que la Luz entre y transforme su creación. Cada uno de ustedes es su propio maestro, pero tienen la tendencia a entregar vuestro poder a las autoridades externas que se proclaman conocedoras de la verdad y alegan querer lo mejor para ustedes. Esto sucede en la política, en la medicina, en la educación, etc. Incluso vuestra industria del entretenimiento, está llena de imágenes falsas sobre la felicidad, el suceso y la belleza, que no sirven a nadie, excepto a los que las construyen. Por acaso, ya pensaron en cuanto dinero se gasta solo para crear una imagen? En los medios de comunicación, radio, TV, pasan imágenes todo el tiempo. De dónde vienen? Quien las crea? Las imágenes son un medio de ejercer poder sobre las personas. Ellas pueden convertir a la gente en seres sumisos y desconectados de sus verdaderas necesidades, sin usar la fuerza física o la violencia.  Pueden hacer que las personas entreguen su propio poder y valor, voluntariamente. Los ilusionan de tal modo que ustedes no necesitan ser forzados violentamente a nada. Ustedes aceptan los valores retratados por la imagen como si fuesen suyos y actúan de acuerdo con ellos. Esto es lo que llamamos de control invisible de la mente y es algo que abunda en vuestras sociedades occidentales “libres”.
La función de la Luz es, básicamente traer claridad y transparencia a las estructuras invisibles de pensamiento y sentimiento que moldean vuestra vida. La Luz es el opuesto del control de la mente. Cuando la Luz entra en una realidad, rompe las cadenas del poder y autoridad y derrumba las jerarquías basadas en ellos. Ella lleva el abuso de poder a la luz y liberta a las personas de las decepciones e ilusiones que les quitan su poder de decisión.
Jesús fue una amenaza para el orden que reinaba en la época en que vivió. A través de sus palabras y simplemente a través de lo que Él irradiaba, hizo que las estructuras de poder fuesen vistas como eran realmente. Esto era intolerable e inaceptable para la jerarquía que existía en ese tiempo.
El rol de los Trabajadores de la Luz, que Jesús tomó para Sí, fue pesado, especialmente para mí, Jeshua, el ser humano que estuvo de acuerdo en cargar esa energía intensa y radiante en su vida. Yo, Jeshua, casi fui opacado por la fuerza de la presencia de Jesús, la presencia de mi futuro Yo! Aunque Él me llenó con gran precepción, amor e inspiración, para mí fue un gran desafío cargar físicamente o “sostener” su energía. Yo no pude integrar realmente, Su energía  en mi ser físico – las células de ni cuerpo aún “no estaban listas” para ello – entonces, a nivel físico, mi cuerpo quedó agotado por tener que cargar esas energías de Luz tan intensas.
Más allá del aspecto físico, llevar la energía de Cristo también implicaba una gran carga emocional. Era muy difícil para mí, ver que la naturaleza de la energía de Cristo era frecuentemente, mal comprendida, incluso por mis amigos o “discípulos”. Como el ser humano que yo era, me desesperé muchas veces y dudé del valor de la jornada que había emprendido. Sentía que el mundo aún no estaba preparado para la energía de Cristo. Yo sentía que su esencia no era reconocida. Jesús fue, verdaderamente, un pionero en Su tiempo.
Resultados de la venida de Jesús a la Tierra.
A través de la venida de Jesús a la Tierra, una semilla fue plantada. Fue la semilla de la energía de Cristo. Todas las personas fueron tocadas por lo que Yo dije e hice e inconscientemente a nivel del alma, reconocieron la energía de Cristo. En la profundidad de sus almas, un recuerdo se agitó. Algo fue tocado y colocado en movimiento.
En la superficie, a nivel de lo que se puede ver y sentir en el mundo físico, mi venida creó mucha conmoción. Debido a la ley de la dualidad, una penetración poderosa de Luz crea una reacción poderosa de la Oscuridad. Esto es apenas una cuestión de lógica. La Luz confronta. Ella quiere romper las estructuras de poder y liberar las energías prisioneras. La oscuridad es la energía que quiere eliminar y controlar. Entonces estas dos energías tienen intereses opuestos. Cuando una gana poder, la otra contesta para defenderse y recuperar el equilibrio. Así, Mi venida a la Tierra también dio inicio a mucha lucha y violencia, como una reacción opuesta a la Luz que vine a difundir.
La persecución a mis seguidores, los primeros cristianos, es un ejemplo de esa reacción violenta. Pero los cristianos, los fundadores de la iglesia, también no se abstuvieron de la violencia cuando buscaron difundir mis enseñanzas. Recuerden las cruzadas y la inquisición. En el nombre de Cristo, se cometieron muchos actos de barbaridad perversa, tanto por cristianos como por no-cristianos.
Los maestros de la Luz, que decidieron enviarme como mensajero para la Tierra, estaban conscientes del hecho de que la energía intensa y sin precedentes de Jesús, podría dar lugar a  reacciones muy fuertes por parte de la oscuridad. Jesús entró en la realidad de la Tierra como un cometa. Fue un tipo de medida de emergencia que partió de las esferas de Luz, de energías que estaban profundamente interesadas en la Tierra e sus habitantes. Fue un último intento de cambiar la dirección hacia la cual la Tierra se estaba dirigiendo, una forma de interrumpir los ciclos de ignorancia y destrucción que se seguían repitiendo.
Los resultados fueron ambiguos. Por un lado la Luz de Jesús invocó mucha Oscuridad (como reacción opuesta). Por otro, la semilla de la conciencia de Cristo fue plantada en los corazones de incontables personas. Un motivo muy importante para mi venida fue el despertar de las almas de los Trabajadores de la Luz (vea otras canalizaciones que explican la noción de trabajador de la Luz (1). Ellos serían más sensibles y receptivos  a Mi energía, aunque muchos también se hubiesen perdido en la densidad y oscuridad del plan terrestre. La verdad, es que los trabajadores  de la Luz son emisarios de la Luz, con la misma misión de Jesús. La diferencia radica en que en sus encarnaciones físicas, ellos están menos conectados con su Ser Divino y Amplio de lo que Yo estaba. Están más sujetos a las obligaciones kármicas y a las ilusiones del plan de la Tierra. Están más presos al pasado. En la encarnación de Jesús, sucedió algo especial: Jesús no trajo ningún peso kármico del pasado y por eso se pudo mantener más fácilmente en contacto con Su divinidad. Él estuvo aquí de un modo un tanto artificial – una presencia del futuro, que estaba aquí y allá al mismo tiempo.
En aquel tiempo, la consciencia de los seres de Luz, que decidieron “insertar” la energía de Jesús en la realidad de la Tierra, no era perfecta y omnisciente. Cada ser consciente está, siempre, en el proceso de desarrollo y comprensión de si propio. Entre los seres humanos, existe una firme creencia de que todo es predestinado por algún plan divino; por detrás de esa creencia existe la noción de un Dios dominador y omnisciente. Esta noción no es verdadera. No existe ninguna predestinación por parte de una fuerza externa. Existen apenas probabilidades, que son el resultado de decisiones internas que ustedes mismos hacen. Mi venida a la Tierra se basó en una decisión tomada por una energía colectiva de Luz, de la cual Jesús hacia parte. Fue una decisión que envolvía riegos y un resultado imprevisible.
Esa energía colectiva de Luz de la que hablo, es un reino angelical que está profundamente conectado con la Humanidad y con la Tierra, porque la ayudó a crearlos. La verdad es que ustedes son parte de ellos y no están separados de ellos de ningún modo, pero ahora estamos hablando multidimensionalmente, es decir, en un nivel de conciencia que está fuera de vuestra estructura linear de tiempo. En otra dimensión de tiempo ustedes son esos ángeles que constituyen las esferas de Luz de las cuales Jesús descendió a la Tierra (vean la parte X de la serie Trabajadores de la Luz, donde hay una explicación extensa del concepto de dimensión y de vuestra naturaleza angelical). Ustedes – trabajadores de la Luz – están mucho más conectados con el “advenimiento de Jesús”, esa infusión de energía Crística en la Tierra, de lo que suponen. Hasta cierto punto, eso fue un esfuerzo colectivo, para lo cual todos contribuyeron y de lo cual Yo, Jeshua, fui el representante visible, físico.
Mi mensaje fue que la energía de Cristo está presente en todos los seres humanos, como una semilla. Cuando me admiran como a una especie de autoridad, ustedes están interpretando mal mi mensaje.
Yo deseaba y aún lo deseo, invitarlos a creer en sí mismos, a encontrar la verdad dentro de sus corazones y a no creer en ninguna autoridad externa a ustedes.
Irónicamente, la religión Cristiana oficial me colocó fuera de vuestra realidad, como una autoridad para ser adorada y obedecida. Esto es todo lo contrario de lo que Yo pretendía. Yo quería mostrarles  que ustedes mismos pueden ser un Cristo vivo.
Ahora les pido que reconozcan el Cristo en vuestro interior y que me devuelvan mi humanidad.
Yo soy Jeshua, hombre de carne y hueso y verdaderamente un amigo y hermano de todos ustedes.

© Pamela Kribbe
Para preguntas o comentarios, pueden contactarnos en:  aurelia@jeshua.net 
(1) N.T:- Ver “Trabajadores de la Luz I, II y III” de Jeshua a través de Pamela Kribbe en: www.jeshua.net

Traducción: Lúcia (anjodeluz57@gmail.com)

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