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segunda-feira, 15 de agosto de 2016

Castellano -- SINCRONIZACIÓN

Jueves, 5 de Junio de 2014


Todo en nuestro Universo está formado por energía. La materia física, los pensamientos, los sentimientos, la electricidad, los microorganismos, el calor. Absolutamente todo es energía, en diferentes estados vibratorios. Hasta una pequeñita gota, forma parte del océano, conectada e unida a todas las otras gotas que también son parte del mismo, al igual que las células que componen nuestro cuerpo.

El concepto de sincronía fue desarrollado por Carl Gustav Jung, para explicar que todo en el Universo está interconectado en un tipo de vibración en el cual dos energías: una física e otra no física, estarían en sintonía, dando la idea de que ciertos eventos aislados parecen repetidos, pero en perspectivas distintas. Lo que define la sincronía no son las coincidencias e sus significados pero si, la conclusión de que todo en el Universo está unificado por tipos de vibración y dimensión.


Todos estamos interconectados en este océano de energía, pero no estamos acostumbrados a su “idioma”.  Ese lenguaje se manifiesta a través de la naturaleza, de sucesos, de situaciones, de personas, o sea, a través de todo lo que forma parte del  Universo. Lo que consideramos aleatorio, representa nuestra incomprensión delante de ese lenguaje tan amplio. Estando más atentos a la vida, a esas condiciones y señales, es posible utilizar esos conocimientos para vivir de una forma más liviana, fluida y harmoniosa.

El Universo señala el flujo de nuestra vida de distintas formas. Algunas son más visibles y perceptibles, otras más sutiles y difíciles de captar. Un simple cambio en la forma como  reaccionamos delante de los acontecimientos de nuestra vida, puede transformar nuestra historia.

La mayor inspiración de Jung fue contextualizar la sincronización como algo que abarca el TODO y no un simple evento. Según él, los pensamientos nos vienen a la conciencia; las intuiciones y pensamientos que surgen del inconsciente no son producto del esfuerzo deliberado para pensar; son objetos internos, partes del inconsciente que posan ocasionalmente en la superficie del ego.

Jung acostumbraba decir, a veces, que los pensamientos son como pájaros: llegan, hacen su nido en los arboles de la conciencia durante algún tiempo y después alzan vuelo, de nuevo. Son olvidados y desaparecen.

Las sincronizaciones nos hacen percibir que existe un orden subyacente al flujo de la vida. Momentos en que el físico y la psiquis  demuestran su inseparabilidad favoreciendo la percepción de que estamos todos interconectados y que el mundo externo es un reflejo del mundo interno. Es la percepción del tiempo intemporal, la manifestación de un acto creativo que trae lo desconocido para el conocido, revelando el nuevo en la psiquis, en el cuerpo y en la naturaleza.

La gran noticia de la ciencia contemporánea – de la era de las incertidumbres – es demostrar, matemáticamente, que la Vida también proporciona la siguiente mano creativa del juego y con ello nos despierta para los potenciales que pueden facilitar la decisión por el camino mejor. Esta propuesta fundamenta la teoría de Jung sobre las sincronizaciones, a las que también llamaba “actos creativos en el tiempo”.

Actualmente el conocimiento  humano, se liberta de los límites de la lógica e se proyecta en lo transcendente a través de un profundo salto que revela una realidad llena de sentido. Un Universo con significado que se yergue de las cenizas de una participación que la ciencia clásica ayudó a enterrar, pero que siempre permaneció viva en la obra de Jung.

Establecer un nivel de confianza en lo invisible, en las fuerzas que rigen la vida y la naturaleza y permanecer en el ahora, sin dejar que el pasado y el futuro nos quiten el foco, puede hacer brillar la capacidad de acceder a las incontables posibilidades creativas que existen en todas las situaciones. Situaciones en que ocurren las transiciones de fase, cambiando el nivel de conciencia y trayendo cambios físicos y psíquicos.

Cuanto más nos quedemos en el tiempo presente, con el mínimo de control necesario para nuestra existencia cotidiana en el tiempo linear, entregando a la Vida y a lo Invisible nuestras dudas, aflicciones y miedos, más oportunidades tendremos de constatar y observar las sincronías, las señales que nos indican el mejor camino a seguir. Entender la red de coincidencias en nuestra vida es apenas el primero escalón que nos permite percibir y vivir la sincronización.

Cuando ustedes perciben esa “nueva realidad”, todo a vuestro alrededor comienza a hacer sentido. Ustedes no están solos en este mecanismo. Toda la naturaleza, el mundo, las personas, los acontecimientos y el Universo están interconectados con ustedes. Vuestras coordenadas, van paso a paso, identificando, restaurando, alimentando y delineando los detalles de vuestra nueva realidad y todo a vuestro alrededor va captar cada señal. Es entonces cuando surge la sincronización que se parece mucho a una coincidencia milagrosa.

Cuánto más atención le ponen a las supuestas coincidencias, más probabilidades tienen de que ellas aparezcan, lo que significa que ustedes comenzaron a tener cada vez más acceso a los mensajes que les están enviando, sobre el camino y la dirección de vuestras vidas.


Jung afirmaba que tenemos cuatro funciones básicas: razón, emoción, sensación e intuición. Cada uno de nosotros tiene uno de esos aspectos más predominantes, pero cuando trabajamos internamente esas cuatro capacidades de forma equilibrada, contribuimos con la manifestación  de una quinta función, o sea, una nueva, llamada sincronización. Eso es posible cuando estamos sincronizados con nuestra esencia interna, cuando nuestros pasos reflejan los anhelos de nuestra verdadera naturaleza.

El sincronismo  es el lenguaje de lo divino para orientar nuestras vidas. Y lo divino actúa tanto dentro como fuera de nosotros.

Todo está interconectado. Todo está sincronizado, todos somos Uno. Vuestros actos afectan directamente a quien está alejado de ustedes por kilómetros. Siendo así, ustedes también son afectados. Este es el padrón de la mayor energía transformadora de este Universo, ella existe en cada uno de nosotros. Encuentren esta energía y serán transformados, ustedes pueden ser los grandes maestros o los discípulos, o ambos, solo depende de ustedes.

Según Jung, nosotros los seres humanos, desempeñamos un papel especial  en el Universo. Nuestro inconsciente es capaz de reflejar el Cosmos e introducirlo en el espejo de la consciencia.

Cada persona puede ser testigo del Creador y las obras Creativas desde su interior, prestando atención a la imagen y a la sincronía, pues el arquetipo no es solo el modelo de la psiquis, pero también refleja la estructura real básica del Universo.

Las sincronizaciones nos hacen percibir interconectados, unidos a todo e a todos en este Universo holográfico de cual somos solamente un fractal. Nos vuelve religiosos, no en el sentido usual de la palabra, pero si en el sentido de “religare”, de retomar la conexión con el Todo, al mismo tiempo en que sabemos que somos únicos.

Postado por:  muito alem a las 08:55

Traducción: Lúcia

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